Desde muy niña amaba cocinar. Mucho de lo que sé, lo aprendí de mis abuelas paterna y materna, ambas se peleaban por ser la mejor en la cocina. Mis padres a quienes amo, no estaban de acuerdo en tener una hija cocinera y maestra porque se gana poco y es verdad, mi intención nunca fue hacerme millonaria, enseño por pasión porque me siento realizada. Es gratificante ver cómo muchas de mis alumnas han abierto negocios, catering, hacen menus, buffets. Ellos me agradecen y yo siento sus logros como míos.
A raíz de un accidente en el pie en el 2019 tuve que dejar de dictar clases y cuando me recuperé empezó la pandemia. Fue duro para mí, pero junto a mi hijo vimos la oportunidad de reinventarnos y lanzamos un canal en YouTube con muy buena acogida. Eso me tiene entretenida y como él dice, es uno de mis aportes al mundo. Nunca dejen de aprender, de disfrutar en la cocina. ¡Cocinar alivia el estrés!